Entradas

Mostrando entradas de agosto 21, 2016

Reflexiones

Tuve un encuentro cercano con un “rápido y furioso” el sábado, cuando regresaba del Akellarre. Un pequeño accidente. Después del susto, del recuento de los daños… seguimos la noche, mi querida amiga y yo. Últimamente me he planteado que dos accidentes en menos de un mes no pueden ser casualidad . Algo está bloqueando mi buena energía. Algo en el universo me está diciendo: retoma la senda correcta . Lunes. Despierto renovada, después de un fin de semana sin trabajar, rodeada de gente hermosa y llena de buenas vibras. De esas que uno puede llamar amigos y amigas… un título que no se entrega a cualquiera. Bueno, nosotras las brujas sabemos que esa palabra es fuerte. Y mágica. Así que me enfundo en mi vestido, me pongo mi mejor optimismo y salgo a tomar taxi. Rápidamente se detiene uno —cosa rara en Heredia. Y entonces, una de las mejores sonrisas del día (después de la de mi enana). El conductor era un chico que olía a mañana, a alegría, a ganas de vivir. Sonaba buena m...

La bruja que dijo “te amo”

La bruja que dijo “te amo” Me gusta pensar —y decir— que mi vida es un desorden, como el cosmos mismo. Que estoy en constante reacción, acción, creación. Que me reinvento la vida cada día. Pierdo los enojos, las tristezas… Los voy tirando por ahí. No me sirven de nada. Me gusta mucho saberme bruja. Y contar cuentos. Como este. Nunca antes le había salido un “te amo” tan fácil. Tan de adentro. Se lo dijo a un mortal. El amado, días después, pidió una explicación. Consternada, la bruja no tuvo palabras. Se preguntó: ¿Cómo se explica la magia de un “te amo”? Ni la mejor bruja puede repetir un mismo conjuro dos veces Buscó entonces sus pócimas. Olió clavo de olor para no olvidar. Se bañó con sales mágicas, intentando grabar registros en su piel. Leyó libros. Consultó viejos pergaminos. Pero fue en vano. No encontró la explicación. Convocó a un Akelarre. Las otras brujas debatieron: —Un conjuro para el amado… sí, sí, ¡un conjuro! —decían a coro. Pero de entre ellas...

Matinée en la esquina

Matinée en la esquina “Disculpe, mi amor; el bolso le tiene recogido el vestido, por eso están esos hombres ahí” —fue lo que un agradable caballero se acercó a decirme. Esto de no tener coche para ir al trabajo y pararse en una esquina a esperar a la compañera que te da ride... tiene su encanto. Yo, que he vuelto a ser yo, con mis colochos revueltos como mis ideas. Después de dormir una noche con la Santa a mi lado, me volví despacio, acomodé mi vestido y les dije: —Caballeros, se acabó la matinée. Buenas piernas, ¿verdad? Nada más divertido que desnudar a la gente de sus dobles Morales —sí, con mayúscula. Sé que ustedes, amigas brujas, se van a reír mientras me leen. Y ustedes, amigos que se han aventurado a saberme, alguno pensará: “Un día de estos un tipo de esos te va a decir algo.” Yo sigo desafiante. Frente al patriarcado, al machismo. Sigo aquí, y me divierto. Disculpen los errores ortográficos. Escribir en una esquina, cuidando el vestido, no es tarea fácil.

La casa Amarilla

Juan hacía ya tiempo que se había ido a la bananera. Al principio enviaba dinero todos los meses. Luego, hubo un silencio. No llegó más el telegrama donde se le indicaba que el dinero estaba en el banco del pueblo. Ella se comía las uñas pensando que algo malo le hubiese sucedido. Así que, con lo poco que tenía, juntó algo de dinero y se fue a buscarlo. Tremenda sorpresa se llevó cuando llegó a Finca 6 y preguntó por Juan Oconor. Una mujer que compraba en el abastecedor le indicó que vivía dos cuadras más abajo, en una casa color amarillo, justo en la esquina sur de la plaza. Estaba cansada y tenía hambre, pero continuó. Pensó que al llegar a la casa él le daría algo de beber y de comer. Caminó la cuadra con rapidez; tenía ansiedad. Tenía más de cinco meses de no saber nada de él. Los guilas preguntaban, sobre todo el pequeño Fabián. Además, las vecinas rumoraban. Pero ya pronto sabría qué estaba pasando. La gente malintencionada quería sembrar en ella la desconfianza. Su Juan era...

Orgasmos,Cuando el cuerpo canta

Hoy mis buenas ideas volvieron. Como mis colochos. Estaban de huelga, como huelga de putas. Pensé: ¿los orgasmos cómo se podrían clasificar? Orgasmos de son cubano. Esos son suaves, con buen ritmo, huelen a mar y a Malecón. Se te van metiendo en el cuerpo de a poco, a ritmo de Chan Chan . Orgasmos rumba catalana: te sacuden el cuerpo y te hacen reír sin culpa. Orgasmos de bolero. No te salen ni saliendo. Te preguntas qué pasó. Están de huelga. Lo intentas una y otra vez, nada, no llegan. Como esquinas de putas en lunes: vacías. Orgasmos metaleros. Esos son intensos. Muy intensos. Un desgarre dulce, furioso, que deja los músculos temblando. Orgasmo Festival de Vallenato en Valledupar. Es el primero. Es como bailar con Francisco el Hombre. Sientes mariposas amarillas alrededor. Ese día conoces el realismo mágico de primavera, mano. Orgasmo música electrónica. Humm. Pero el orgasmo Carmina Burana … Ese es otra cosa. Es intenso, suave, se te instala en el cuerpo y en el al...
La soledad Es algo que siempre se relaciona a la falta de  compañía amorosa, sea cualquiera que esta sea. En lo particular las clasifico: Soledad acompañada:  Se puede estar acompañado y despertar a medianoche y preguntarte entre brumas soñolientas quien es esa persona que está al lado compartiendo tu cama, almohada, tu mesa, pero no comparte tu vida, te vuelves a acostar y recorrer el camino andado, te preguntas cuando se convirtió en un completo o completa extraña.  Esta soledad te  duele es, oscura, muda, triste, huérfana de caricias, fría.  Soledad buscada: Puede que te despiertes al lado de alguien con quien no compartes tu vida, mesa, baño, cocina; que recorras la habitación  semi oscura con olor a incienso y sexo, sientes que es la mejor compañía que pudieras tener, ves su torso desnudo moverse al ritmo de su respiración y comprendes que te puedes quedar ahí una eternidad , pero eres sabia y te levantas en silencio, recoges la vida, y te vas lleva...
Imagen
Honduras me recibió, en Valle de Ángeles.

Nacimientos

Cuando nací llovía tanto que mi madre pensó que me pariría en medio del río Morote que amenazaba con entrar sin permiso a la casa, los dolores eran cada vez mas fuerte, su agua se fundía con la del río que se apresuraba a mojar el viejo corredor de madera. Mi padre en el corral que ya era presa del agua, dejaba libre el ganado en un afán de que estas no perecieran si las aguas continuaban subiendo como en la llena pasada que el llano quedo abnegado de agua y las reses muertas eran parte del desolado paisaje. Mientras la comadrona hervía el agua que serviría para limpiar el carmín de mi nacimiento, mi madre se encomendó a la virgen y se dispuso a dejarme salir, solo fueron tres fuertes dolores para que mi pequeña cabeza asomara por el túnel de sus piernas, y en ese preciso momento la lluvia dejo de caer, un sol brillante ilumino el llano, y el mejor arco iris que nunca jamás se vería en toda la llanura del Morote adorno mi nacimiento, mi padre pensó que era un buen augurio y mi nombre f...
Imagen
Cuando miro atrás, desde mi ventana, cielo y mar son uno. Como amantes fundidos en un solo cuerpo. Y en ese instante, mirando las nubes, quise meter mis manos y hundirlas en el algodón del cielo. Jugar, ser niña otra vez. .

La liana

Imagen
En ocasiones, sentimos que el camino se nos hace largo y cansado. Que la senda andada es difícil. Son esos días de cansancio vulgar. Y luego —cuando menos lo esperás— hay una liana en medio del sendero. Una que te da un empujón, que te levanta, que te balancea… Y ahí estás de nuevo: volando, recordando la niñez, recordando cómo era reír cuando lo único que importaba era jugar y ser feliz. ¿En qué momento de la vida dejamos de divertirnos? Yo propongo esto: ser feliz con lo que tenemos , y no seguir contando lo que nos falta. Hoy les regalo esta liana hermosa que me encontré en La Tigra , Tegucigalpa. Para que cada vez que la pesada vida de adultos nos golpee, nos subamos en ella, volemos, toquemos las nubes y volvamos a soñar.
Salud y vida, por mis muertos. La tía Dianeth, fue la esposa de mi tío Abdalá. Era de piel muy blanca, delgada ojos cafés, y un largo cabello castaño, en la familia le decían la cartaga, por su origen. La tía tenía prohibido cortarse el cabello, el abuelo lo había dicho, si te cortas el cabello, aquí no vuelvas, cuando ella sugirió iría al pueblo y se lo cortaría ya que lo tenía muy largo. Para esa época yo era una niña, y me gustaba ir a su casa, ella hacia unos dulces de leche irrepetibles, escuchaba canciones del Puma, y me contaba que soñaba con él. Claro antes me advertía que no dijera nada, a cambio de ser la confidente de sus sueños, me hacía arroz con leche, cajetas, y atol de maíz morado. La tía lleno mi niñez y adolescencia de risas y dulces, como olvidar sus empanadas de queso y azúcar. Ella sufrió en silencio todas las infidelidades, como todas las mujeres de mi familia, que aceptaban su destino sin chistar. Yo crecí y me fui del pueblo, volvía en fines de semana pero c...
Coincidir Yo no creo en la casualidad. Creo en coincidir en el tiempo y el espacio, creo que lo que va a pasar, pasara, en el momento adecuado. Es por eso que no espero, no presiono al tiempo, yo bailo al son que me toque el día. Nunca forcé nada, todo fluye en mi vida como el universo lo dispone. Se me acusa de falta de interés, de no quedarme nunca. O de ser demasiado impermanente. Me gusta tomar mi coche en la madruga conducir, con esa sensación de haber volado,  desayunar por el camino. O simplemente llegar a mi cama, meterme en ella dormir con el cuerpo en paz y el alma despierta. He sido juzgada y quemada en la hoguera en vidas pasadas, imagino que si en este siglo se pudiese volvería a morir en la hoguera, por mi eterna profesión de bruja. Cuando me preguntan ¿porque soy tan extraña? me rio.  Nunca explique mi vida y  eso no está aceptado; te llueven preguntas,  se esperan respuestas. Yo solo pienso, que les importará. Aún no se comprende que solo hab...
El jazz me huele a whisky, tabaco se me antoja azul. Un buen amigo que la vida me regalo en Honduras, acertó en llevarme a un concierto de Jazz. La noche fresca, y clara era el presagio de un gran espectáculo. HibridozJazz Después de sortear las enormes presas del tráfico, vi la gran fila de gente esperando entrar. Pensé no lo lograremos. Al fin entramos, gracias a la intervención de Kelin la relacionista del grupo, amiga de Javier  hoy por hoy una de la personas más linda que he conocido en este viaje. Ella dispuso dos asientos para nosotros con vista directa al escenario. Me entregue por completo a las melodías, gran sonido, dulce con cuerpo y mucha alma. La  Noche según yo no podía ser mejor. Pero lo fue. Sorpresa una Big Band en la segunda parte del concierto, termino de elevar mi espíritu. Jazz fusión con la música tradicional Garífuna, Etnia que habita la costa norte de Honduras.Iniciado el concierto la magia me envolvió, notas de Jazz envolvieron el Teatro nacional ...
Salud y vida, por mis muertos. La tía Dianeth, fue la esposa de mi tío Abdalá. Era de piel muy blanca, delgada ojos cafés, y un largo cabello castaño, en la familia le decían la cartaga, por su origen. La tía tenía prohibido cortarse el cabello, el abuelo lo había dicho, si te cortas el cabello, aquí no vuelvas, cuando ella sugirió iría al pueblo y se lo cortaría ya que lo tenía muy largo. Para esa época yo era una niña, y me gustaba ir a su casa, ella hacia unos dulces de leche irrepetibles, escuchaba canciones del Puma, y me contaba que soñaba con él. Claro antes me advertía que no dijera nada, a cambio de ser la confidente de sus sueños, me hacía arroz con leche, cajetas, y atol de maíz morado. La tía lleno mi niñez y adolescencia de risas y dulces, como olvidar sus empanadas de queso y azúcar. Ella sufrió en silencio todas las infidelidades, como todas las mujeres de mi familia, que aceptaban su destino sin chistar. Yo crecí y me fui del pueblo, volvía en fines de semana pero c...

El jazz huele a Honduras

El jazz me huele a whisky y tabaco, se me antoja azul. Un buen amigo que la vida me regaló en Honduras acertó al llevarme a un concierto de jazz. La noche fresca y clara presagiaba un gran espectáculo. Después de sortear las enormes presas del tráfico, vi la gran fila de gente esperando entrar. Pensé: no lo lograremos. Al fin entramos, gracias a la intervención de Kelin, la relacionista del grupo y amiga de Javier, hoy por hoy una de las personas más lindas que he conocido en este viaje. Ella dispuso dos asientos para nosotros con vista directa al escenario. Me entregué por completo a las melodías: un gran sonido, dulce, con cuerpo y mucha alma. La noche, según yo, no podía ser mejor. Pero lo fue. Sorpresa: una Big Band en la segunda parte del concierto terminó de elevar mi espíritu. Jazz fusión con la música tradicional garífuna, etnia que habita la costa norte de Honduras. Iniciado el concierto, la magia me envolvió. Notas de jazz llenaron el Teatro Nacional de Honduras. Los re...

Reencuentros en Tegucigalpa

La vida nos hace coincidir, reencontrarnos después de vidas de ausencia. Estoy de nuevo en Tegucigalpa, recorriéndola con nuevos ojos, nuevos olores, otros sonidos. Esta magia se la debo a Javier. El universo me dio la oportunidad de volver a encontrarnos, y gracias a él conocí a Kelin, Bélgica, Mario. Me han mostrado la otra Honduras, esa que huele a paz, tranquilidad, agua limpia y jazz. Esa Honduras que los medios se niegan a mostrar. Una ciudad con un bar llamado Tito Aguacate, una ciudad que se resiste a caer en el olvido, que sigue ahí luchando, con gente que te regala una sonrisa y quiere darte lo mejor. A pocas horas de partir, ya siento la nostalgia de los amigos dejados aquí, y la urgencia de volver para abrazarlos. No tengo más que decir: mil gracias por todo el cariño, las noches mágicas que me han regalado, los calambres que no me tomé. Todo eso me hace pensar en el retorno. Llevo tatuado en mi piel el nombre de cada uno de ustedes, en mi alma de bruja soñadora. ...