Coincidir
Yo no creo en la casualidad.
Creo en coincidir en el tiempo y el espacio, creo que lo que va a pasar, pasara, en el momento adecuado.
Es por eso que no espero, no presiono al tiempo, yo bailo al son que me toque el día.
Nunca forcé nada, todo fluye en mi vida como el universo lo dispone. Se me acusa de falta de interés, de no quedarme nunca. O de ser demasiado impermanente.
Me gusta tomar mi coche en la madruga conducir, con esa sensación de haber volado,  desayunar por el camino. O simplemente llegar a mi cama, meterme en ella dormir con el cuerpo en paz y el alma despierta.
He sido juzgada y quemada en la hoguera en vidas pasadas, imagino que si en este siglo se pudiese volvería a morir en la hoguera, por mi eterna profesión de bruja.
Cuando me preguntan ¿porque soy tan extraña? me rio.
 Nunca explique mi vida y  eso no está aceptado; te llueven preguntas,  se esperan respuestas. Yo solo pienso, que les importará.
Aún no se comprende que solo hablo de trivialidades, que las cosas y seres que realmente me importan nunca serán mencionadas. Es que hasta eso, hay que saber elegir a quien haces participes de tu historia. No cualquiera puede ingresar a la cochera de la casa, ahora imagínate compartir tu mesa.
Ser extraña, significa no necesitar, no extrañar, no depender, elegir mi camino, respetarme, amarme tanto como me amo, decirme que nadie me dé candela, que yo tengo al sol para que me de fuego.
Y en vísperas de mí no cumpleaños y con varias celebraciones por delante y pasadas, sigo enamorándome de mi pasado y mi presente.
De mi pasado, porque de vez en cuando surge misterioso,  clava su pendón y su bandera y de mi presente porque he sabido elegir el camino, aunque a veces me he equivocado, lo reconozco doy la vuelta retomo la senda con la ventaja de saber  por donde no debo pasar.
Sigo la senda con mi Palabras Andantes.

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